Me encontré un cuadro pintado al óleo de tamaño 73 x 92 centímetros. Evitaremos explicar cómo sucedieron los hechos, solo decir que alguien había desechado esta pintura, tal vez debido que la tela estaba rota por uno de sus lados.

Cuando la vi en medio de maderas viejas pensé, como es posible que se hayan desprendido de esta pintura. Enseguida me imagine que este cuadro seria ideal para decorar el establo de una antigua finca de unos amigos .

La pintura iba al anillo porque la imagen representaba a dos caballos, el macho tenia el pelaje  rubio y apoyaba la cabeza  por encima del lomo de la hembra que era blanca, sus gestos eran sugerentes  de un claro cortejo equino.

Una vez estuvo la pintura en casa, la lavé con agua y jabón, la aclaré y la sequé con una toalla, la limpieza a fondo hizo que los colores fuesen más vivos ,aunque havia zonas donde la pintura estaba desgastada.  Al día siguiente confeccione un parche con tela blanca y cola a fin de reparar la zona  dañada. Vi que el cuadro no estaba firmado.

Dos días después saqué mi antigua caja de pintar con la intención de restablecerlo pero gran parte de los oleos se habian secado,   fui a comprar de nuevos  y un par de pinzeles .

El día que me decidí  ‘restaurar’ el cuadro, durante unos segundos entre en pánico, me imaginé que seria una restauradora parecida a Cecilia, que al no poder terminar debidamente su trabajo de  restauración del Cristo de Borja: Ecce Homo, se armó la de San Quintin  al ver como habia quedado, por el momento, el trabajo de restauración.

En algunas  zonas del lienzo evitaba  de pasarle  el pincel, pues el artista le habia dado impresionado unas pinzeladas límpias y seguras, hecho que demostraba habia de ser un experto y creatividad autor.

 Al final estuve contenta, hecho difícil dado que soy consciente de mis limitaciones, lo estuve debido que conocia el irreparable destino que estuvo a punto de sufrir  la pintura.

Lleve el cuadro a la masia rural de mis amistades, iba como si llevara la mona de Pascua de contenta. Dos de las personas que me recibieron, al ver la pintura reservaron sus comentarios, solo dijeron que lo hablarian con los demás convivientes de la finca.

La pintura se quedó en el establo en espera de ser valorada. Pasados unos días una amiga vino a mi casa con la pintura en brazos. No, me dijo, han decidido que era mejor  que te la devolviera.

En aquel momento sentí algo insólito dentro de mi , una sensación de rechazado por una  obra pictórica mia que no era mia, una epecie de dualidad animico-afectiva  nunca antes experimentada.

 Le di un beso, a la tela, y mentalmente tambien la bienvenida, pues en el sítio donde habia estado unos dias expuesta para la ‘restauración’ sorprendentemente  en aquel logar se produjo un vació, faltaba algo allí.  Ahora la tengo expuesta en un lugar de mas visibilidad.

Comentar que estoy muy interesada es saber quién podia haber sido  el autentico  autor de esta obra, el artista que se olvidó de firmar o tal vez debido a que no  consideraba terminada su obra , quien sabe.

Incorporo la imagen por si alguien  tras la visión de su estilo, pudiese identificar al pintor. Sería para mi de una gran alegria.           Mi dirección es: rmmasana@gmail.com